Constancia

27 de marzo de 2010

Para conseguir un cambio de la conducta de un niño es imprescindible ser consecuente y constante. Los criterios a seguir deben ser consensuados por los progenitores o tutores del niño. Pensar lo que se dice, decir lo que se piensa, y asegurarse de que todos digan lo mismo

Siempre se debe tratar de aplicar una solución con constancia para que sea eficaz.
Una vez tomada una decisión sobre cómo tratar un problema, no se debe bajar la guardia ni rendirse, ya que supondría un paso atrás, e incluso un reforzamiento de la conducta a extinguir.

Para ayudar a los padres o tutores a ser constantes, es conveniente medir y apuntar los cambios para cerciorar los cambios, por leves que sean. Al notar un progreso, será más fácil continuar lo que se esté haciendo.

El tomar notas también ayuda a determinar si la solución elegida es efectiva o en caso contrario sería conveniente un cambio de técnica.

Debemos tener en cuenta que no todo lo que hace el niño resulta desagradable, sino sólo algunos de sus comportamientos irritan y frustran a los padres. Es indispensable observar y valorar las conductas positivas del niño, y elogiarlas, convirtiéndose así en reforzadores positivos muy importante para su desarrollo emocional.

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